Yo de ti tendría cuidado.
¿De quién?
De ella.
¿QUIÉN?
La IA.
Pero bueno, yo soy yo y tú eres tú, y no soy nadie para decirte de qué deberías estar precavido.
Además, tengo claro que está en boca de todos y es la panacea.
No deberías estar tan prevenido, sino más bien aprender a utilizarla, podrías pensar.
Vamos por partes.
Si la utilizo. No puedo negar que la condenada es buena.
Sirve para ejecutar tareas repetitivas y también es un buen punto de partida cuando no tienes ni un chingo de ideas.
Pero me parece una locura crear un texto con ella, refinarlo con miles de prompts y luego pasarlo por otra IA para que suene “más humano”.
También está la opción de crear un GPT personalizado para enseñarle tu estilo de escritura y que produzca textos muy similares a tu tono, ritmo y voz narrativa. Esto no lo he probado—quizás me estoy perdiendo de algo—, pero igual me parece una locura.
Esto que digo puede parecer un simple pataleo de ahogado porque como copywriter estoy en desventaja.
Hablo del tiempo.
Mientras yo te voy a pedir dos semanas para escribir una página de ventas, la IA te la escupe al instante. Tú al igual que yo, que todos, estás loco por ahorrar tiempo.
Pero te lanzo una pregunta en forma de bola curva y te la escribo en cursiva negrita para que le prestes más atención:
¿Cuál es el afán?
Ya conoces el refrán: del afán solo queda el cansancio.
Pero no es solo eso, el afán también te obliga a que te pierdas de lo bueno, a no poner el foco en lo que realmente importa.
Muchas veces, el copy consiste en ir despacio, en escuchar con atención al mercado, tu audiencia, tus clientes, tu entorno, una conversación en el bus hacia tu casa, etc. En otras palabras consiste en mirar la vida con ojos de escribirla.
A la gente le da pereza mirar y también escuchar, puede que a ti también. No te juzgo, pero…
¿Cómo carajos vas a escuchar dándole una orden a una máquina para que te escriba un texto en par patadas?
Sea como sea mi compromiso es ayudarte a mirar y escuchar bien. No por encimita, sino bien profundo.
La IA es sinónimo de inmediatez, de no pensar.
Y como se pregunta la escritora Leyla Guerriero: ¿Por qué no pensaría? ¿Por qué ahorrarnos el pensamiento?
Ella dice que si hay algo imposible de lograr con la IA es el espesor.
Con eso se refiere a que cuando lees un buen texto, notas que viene de una cabeza con experiencia, con un pasado, repleta de dudas,certezas y dolores.
La cronista se pregunta si la IA, que trabaja solo en tiempo presente, está en capacidad de aprender ese espesor.
Quién sabe, de pronto ya existe una que lo haga y falta poco para que la SIA (Súper Inteligencia Artificial) salga a la luz pública. Mo Gawdat, un exdirector de la fábrica de innovación de Google, decía que todo lo que has visto en películas de ciencia ficción, ahora son hechos científicos que están más cerca de ocurrir de lo que crees.
El punto es que Guerriero dice que ella no quiere adelgazar ese espesor, no quiere acortar el camino. Lo que quiere es que el tiempo de ese camino largo, penoso y trabajoso, quede adherido a sus escritos.
La clave, concluye, está en expandir, complejizar, tener dificultades, escapar de lo obvio, de los tópicos.
“Crear algo más inteligente que tú es un error evolutivo básico.”
– Nick Bostrom
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