Comparte este post

“Y de pronto el recuerdo surge. Ese sabor es el que tenía el pedazo de magdalena que mi tía Leoncia me ofrecía, después de mojado en su infusión de té o de tilo, los domingos por la mañana en Combray (porque los domingos yo no salía hasta la hora de misa), cuando iba a darle los buenos días a su cuarto. Ver la magdalena no me había recordado nada, antes de que la probara”.

Marcel Proust, Por el camino de Swann

En el párrafo anterior el narrador de la novela, luego de llevarse un trozo de magdalena a la boca, rememora con precisión un episodio de su infancia.

Se le conoce como la Magdalena de Proust o efecto proustiano cuando un sentido, en especial el olfato, evoca un recuerdo.

A diferencia del gusto que tiene papilas gustativas, en el olfato no intervienen receptores, sino que el olor llega directamente a las neuronas, o bien al cerebro.

Eso no ocurre con los otros sentidos, pues de camino a la corteza cerebral hacen una escala en el tálamo.

Cuando hueles algo, una fruta, por poner un ejemplo,  a la nariz te llegan particulas infinitesimales, pero materiales  de comida, que entran en contacto directo con las neuronas.

Además, el nervio olfativo envía parte de la información a la amígdala, que es la encargada de darle un tono emocional a los recuerdos. 

De ahí que los olores sean capaces de evocar o de reconstruir todo un escenario. Hueles algo e inmediatamente, asociado a ese olor, aparece un recuerdo.

Por eso cuando el narrador de la novela de Proust prueba la magdalena, acuden  a su memoria recuerdos y emociones de su infancia que lo  sacuden por completo.

Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba. Y él me convirtió las vicisitudes de la vida en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose de una esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia no es que estuviera en mí, es que era yo mismo. Dejé de sentirme mediocre, contingente y mortal“.

Marcel Proust, Por el camino de Swann

Imagina el efecto que tus textos pueden tener  sobre tu audiencia, si logras imprimir detalles sensoriales en ellos, activar los sentidos  y despertar un recuerdo en las personas que te leen. El generar fuertes reacciones emocionales, ayuda a aumentar la efectividad de tu comunicación.

 P.D: Si te gusto este post y quieres leer más contenidos similares te invito a suscribirte a mi Newsletter.

👉Haki Newsletter👈

No te voy a enseñar nada. O de pronto sí. Mejor dicho solo te voy a contar historias. Tú verás que te llevas para implementar en tu vida o tu negocio.

Imagen principal diseñada por Freepik.es

Otros artículos que te pueden interesar

Sin categoría

COPYWRITING SENSORIAL

“Y de pronto el recuerdo surge. Ese sabor es el que tenía el pedazo de magdalena que mi tía Leoncia me ofrecía, después de mojado

Leer Más »
Copywriting

EL ARTE DE CONECTAR IDEAS

El subconsciente y el copywriting Hablemos de escritores. ¿Y esto que tiene que ver con copywriting? Ya verás, sigue leyendo. Imagino que alguna vez te

Leer Más »

Descarga la guía definitiva para contar historias